Ansiedad por el cambio: los momentos más y menos propicios para desarrollar ansiedad

01.09.2014 19:11
* por el Dr. Gustavo Bustamante.
 
 
Los momentos más propicios para desarrollar un cuadro de ansiedad son los momentos de cambios. Y en la mujer, el embarazo y el parto suele disparar un sinfín de ideas obsesivas. Puede que comience con preocupaciones muy comunes: “¿Estoy embarazada? ¿No siento al bebé? ¿Será sano?”, etc. 
Pero  una vez que ocurre el parto aparecen ideas como el temor a la contaminación y al contagio: no dejan que visiten al bebé, toman medidas de salubridad extremas y se evitan salidas o encuentros por riesgo a contagios. 
A veces se generan controles obsesivos con  las  comidas, el sueño, etc. A veces la  obsesión consiste en el temor a hacer daño al bebé: genera una culpa enorme pensar que se podría perder el control o que puedan atacar a su cría. Muchas mujeres quedaron impactadas por el famoso caso de “Andrea Yates” de  los Estados Unidos.
Una paciente me manifestaba con mucha  angustia lo difícil que le resultaba que su hijo de 2 años fuera a comer a lo de su suegra porque ella no tenía el control total y absoluto de cómo lavaban o preparaban los alimentos. Su hijo aún no sucumbió a los miedos de su madre y continúa no sólo jugando con su  abuela, sino comiendo en la casa de aquella.
 
Fuente: https://www.cdc.gov
 

Respuestas de Supervivencia

Pero no todo es cómo parece, no siempre el miedo paraliza, y a  pesar de que el  paso de un huracán podría considerarse como una situación de  riesgo, para muchos resultó un afrodisíaco. Tal es el caso revelado por un grupo del servicio de Obstetricia y Ginecología de Westchesterv, quienes han detectado un crecimiento de un 30 por ciento de los embarazos durante el periodo en que ocurrió el Huracán Sandy en Estados Unidos.

En fin, para analizar todos los componentes del Mundo: las amenazas ambientales, los riesgos asociados al desarrollo de nuevas tecnologías, los ataques terroristas y, por sobre todo, el clima de inestabilidad Global que caracteriza a la vida contemporánea, se traducen en una epidemia de miedos.

Lo importante es no entregarnos al miedo. Nuestra historia como seres humanos demuestra que somos animales que podemos adaptarnos y  superar las adversidades. A  veces solos y otra con ayuda; así que a no resistirse y aceptar la ayuda de la  familia y de los profesionales cuando los miedos nos complican.

 

Miedo y fobia al cambio

El miedo a menudo  nos paraliza, todos lo sabemos y en algunos casos nos anula completamente. En mayor o  en menor medida hemos aprendido  que el cambio nos genera miedos. Y es  bien  conocido que  nos defendemos del  miedo generando un “status quo”. 

El miedo nos invita a la búsqueda de seguridad. Tal como dijo el genial Fiodor Dostoyevsky, en Crimen y Castigo: “Es raro que lo que más inspire MIEDO al hombre sea aquello que lo aparta de sus costumbres”. 

A diario escuchamos en la consulta, por ejemplo: “Sé que con mi pareja no va más pero no me animo a cambiar…”; “El puesto que me darían me convendría en un montón de cosas pero no me animo”; “Me gané un viaje en avión pero no me  animo a viajar, me da miedo”, etc. 

También podemos mencionar a la Neofobia Alimentaria Infantil, que lleva a que los niños se resistan a ingerir nuevos alimentos o desconocidos para ellos.  Así como los fagofóbicos, aquellos que tienen temor  a atragantarse. A su vez, la Nomofobia es el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. El término es una abreviatura de la expresión inglesa «no-mobile-phone phobia». Es el terror a la Incomunicación.

Pero los cambios llegan queramos o no. Crecemos y cambiamos involuntariamente, nos vinculamos y cambiamos, aprendemos y cambiamos, nos enfermamos y  cambiamos, fallecen nuestros seres queridos y cambiamos. Pero según cuáles sean nuestros miedos cambiaremos más o lo haremos menos.

La seguridad que nos brinda una supuesta estabilidad, muy a pesar de que nosotros no estemos  completamente a  gusto, se  convierte en la modalidad constante. El famoso “malo conocido que bueno  por conocer” se convierte en norma. Pero los cambios que la vida nos propone pueden mostrarnos nuestra incapacidad a superarnos.

A veces creemos que es la incapacidad a adaptarnos, pero la dificultad consiste en asimilar dichos cambios. Pero que es la vida sino una eterna secuencia de cambios. Muchos de ellos muy a pesar nuestro. El miedo aborrece la sensación de incertidumbre. El cambio está en la forma de interpretar dicha incertidumbre: o como una opción para lo desconocido o como una invitación a lo seguro (más de una vez empobrecido).