Mates amargos

01.09.2014 20:17
Hola Má, yo sé que estás lejos y que ayer ya me trajiste las compras, pero necesito azúcar si o si para el mate. Te parecerá una locura tener que tomarte un colectivo para traérmela, te digo que yo le pediría a mi vecina amiga tuya, pero vive en el piso 13, y no es por supersticioso que no pueda subir, lo sabés, sino porque me da pavor las alturas y el encierro del ascensor. No soy la única persona que tiene reparos a la hora de estar a más de 30 metros del suelo y encapsulado en un cuadrado. Descartala, descartala.
Si mamá, iría al Súper si no fuera por la inseguridad. Leo en los diarios, veo en la televisión y escucho en la radio las atrocidades que te hacen por sólo unos pesos, y la cosa no está para andar saliendo, por algo trabajo desde casa. Mucha gente está tomando cada vez más precauciones, más conciencia de que ya no se puede salir así nomás, despreocupado. 
No, no puedo llamar a Don Tito, yo solía comprarle mucho, pero hace tanto que no voy que seguramente no me va a reconocer o se va a hacer el que no se acuerda de mí, se va a ofender, o peor, me va a acusar que desde que le robaron el almacén yo no fui más y que entonces soy uno de los sospechosos. 
Sí, el de seguridad está acá siempre en  el palier del edificio. La verdad que siempre me saluda, pero noto algo raro en él, yo por eso siempre lo evito cuando salgo a dejar la basura. Además, tiene ese ovejero alemán, igual al que me mordió de chico, ¿te acordás?, bueno, le tengo que pasar siempre a tres o cuatro metros. 
¿Sabés qué? Olvidate, dejá, dejá, si total no puedo comer mucha azúcar hasta hacerme los análisis de sangre. No, todavía no fui. Voy la semana que viene. Ya sé que me queda al lado, pero las agujas no las puedo ni ver y con la sangre me desmayo. Mamá vos sabes que yo no le tengo miedo a casi nada, pero prefiero tener toda mi sangre conmigo y los mates amargos.